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martes, 17 de julio de 2007

Aunando esfuerzos


Precedido por una serie de encuentros, “Panza Verde” se sumo a la idea de conformar una Red Nacional de Revistas de Calles, allá por octubre de 2006, este es el segundo en el que participamos, siempre en la firme convicción de aunar esfuerzos para mejorar la realidad de la gurisada (de una forma u otra), olvidada por quienes deberían acordarse de ellos.
Así el 25 y 26 de mayo en la ciudad de Paraná, participamos junto a la revista “Barriletes” (Paraná), “La Pulseada" (La Plata) y “La Búsqueda” (Santa Fe) para dar forma definitiva a la Red Regional de Revistas de Calles e intercambiar experiencias y enriquecernos mutuamente.
Dentro de las discusiones vimos que todas las revistas somos sensiblemente diferentes, pero eso no se ve como un obstáculo sino como una posibilidad concreta de construcción.
Uno de los temas tratados durante el encuentro fue la conformación efectiva de esta red dentro de los marcos legales, con el objetivo de generar proyectos que fortalezcan la vida de cada revista, así como también el trabajo social que cada una realiza o puede realizar en y desde su lugar.
Además del locro que se mandaron los “barrileteros”, surgió la idea de mantener una edición en conjunto (a modo de ejemplo es el Nº 1 de este suplemento), mostrando que la realidad no es distinta por estar en otras regiones del país, definiendo además de la temática, la edición para octubre de este año. También se definió comenzar una sección dentro de cada revista/suplemento destinada a mostrar los trabajos periodísticos que se realizan en cada lugar, que recibe el nombre de: “Palabras andantes”, al menos hasta ahora. Esto nos permite ver lo efectivo y necesario del trabajo en red, aunando esfuerzo por una causa común, mostrando que es posible y no cuesta más trabajo que el necesario generar espacios alternativos de expresión en favor de la lucha popular y así no depender de los medios masivos de comunicación y sus intereses creados.
Fiel a nuestro estilo, no solo garroneamos ejemplares de las revistas amigas sino que en la mochila también trajimos algunas ideas a proyectar a nivel local; como por ejemplo la creación del Blog de Panza Verde (¿entramo´ a la tecnología?) y algo más serio como talleres de video debate y otras cositas que cuando les demos forma las comentaremos.
Por último se habló del próximo encuentro que se realizará en la Ciudad de La Plata y vamos a tener a los “pulseadores” como anfitriones, así que vamos a peticionar públicamente el pago en efectivo o especies de los pasajes hasta aquella ciudad, apelando a que estamos más seco que soba-co de muerto.
Así sale este Nº 2, con la misma propuesta y compromiso, destinado a la promoción y expresión de quienes gritan y sus palabras no quieren ser escuchadas; por eso te decimos: Gurí, no te calles…

Pitavino, Palacio

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nª 2 (jul 2007)

"Aprendemos jugando"

Estuvimos en la Escuela Nº 11, en el taller de murga de Los Chistosos de Manuel conversando con los chicos que la integran y con su profesor y coordinador José Barrios (el Negro José, para los que lo conocen). Aquí nos cuentan un poco como nace esta murga barrial, como se organizan, como aprenden y como se divierten.

Llegamos pasadas las 5 de la tarde y desde la entrada de la escuela Nº 11 Gral. Basavilbaso se escuchaban unos rulos de redoblante y repique. Llegando al patio se veía el revolear de los trapos rojiverdes. Nos saludamos y ahí nomás se arrimaron los gurises y José, el director de la murga, para charlar con Panza Verde.

-A ver cuenten ¿desde cuando existen Los Chistosos de Manuel?
La primera que rompe con la vergüenza de la entrevista es Camila que dice: -Estamos desde Abril del 2006.

-¿Y cómo empezaron?
Guillermo, uno de los gurises músicos, cuenta: -Nos enteramos por un cartel que había en la puerta de la escuela, y ahí empezamos a sumarnos. Primero veníamos a mirar, y después sí… empezamos a participar.

-José, contanos un poco como se organiza el trabajo con los chicos.
José: -Y… al principio yo era un poco reticente a mezclar edades muy diferentes, pero después me fui dando cuenta que estaba todo bien, que se llevaban bárbaro y que podían trabajar juntos, y hoy hay chicos desde los 5 hasta los 16 años. Son como 35 gurises los que integran la murga. Y lo bueno es que, además de haber un grupo constante desde el principio, el grupo en general se va renovando y acercándose chicos nuevos.

-¿Por qué los colores rojo y verde?
Pilar, una de las bailarinas de murga, dice: -Por dos cosas: porque no queríamos identificarnos con los colores de ningún club de fútbol, y porque acá en el barrio había antes una murga que ahora no existe mas con estos mismos colores, y se llamaban “Los Divertidos”.

En la revistita que publican, Los Chistosos comentan que “el taller tiene como objetivo recuperar la tradición murguera del barrio, cuna de la prestigiosa murga Los Divertidos”.

-¿Por qué se llaman los chistosos de Manuel?
Ezequiel explica: -Manuel por el nombre de la escuela: Manuel Basavilbaso.

-¿Y los Chistosos?
-¡Somos nosotros!! Dice Pilar entre medio de las risas de todos.
Cuando la entrevista se empezaba a convertir en relaje, les preguntamos donde se han presentado y actuado. Pilar continúa, ya embalada: en el Auditorio, en la plaza 25 de Mayo, en la plaza Urquiza, en el Corsódromo, y… la ayuda Juan: y acá en la escuela Basavilbaso ¡y en el Encuentro Internacional de Murgas que hizo la Uner!

-Chicos ¿cómo se sienten participando en la murga?
Guillermo: -Yo bien porque a mí me gusta tocar y estar en la murga. Me encanta. Yo me anoté porque me gusta la música, bailar no porque me da vergüenza. Camila dice:
-Las chicas somos las que las bailamos, hacemos movimientos con las banderas, coreografía. Juan: -También tenemos un dragón que hicieron los papás con José, y abajo van los papás. Nicolás agrega: -A mí me gusta tocar, venir. Me siento rebien acá.
Camila termina diciendo… a todos nos gusta venir porque hacemos juegos, nos divertimos.

-¿Cuántos músicos son?
José: -Y son 10, 11 mas o menos. En este momento tenemos 6 instrumentos y estamos haciendo 6 más.

-¿Cómo hacen con los instrumentos?
José: -Los hacemos nosotros con los chicos. Compramos las maderas, sacamos las medidas, las marcamos y las cortamos. Compramos los parches y los armamos, y les hacemos los refuerzos. Cada día tenemos una tarea diferente.

-¿Cuándo se reúnen?
José: Todos los lunes y jueves acá en la escuela Nº 11, de las 5 hasta las 7 de la tarde. La escuela nos presta el patio, porque en realidad este es un taller municipal.

-¿En que están trabajando ahora?
José: -Ahora nos estamos empezando a prepara para el Encuentro de Murgas de la Uner en noviembre. Estamos trabajando para ese espectáculo, armando la coreografía. Y como este año son más músicos, queremos armar algo más integrado con el movimiento y la coreografía.

-¿Cómo gestionan y sostienen la murga?
José nos explica: -El taller es municipal solo en cuanto a recurso humano, o sea, me pagan a mí como tallerista. Después, los instrumentos, los trajes, todo lo demás lo bancamos nosotros con los chicos. Con rifas, con la revistita que hacemos, ofreciendo publicidad, mangueando colaboración, así de caradura nomás, andando de aquí para allá. La cosa es no pedir a los chicos, sino realizar algún evento que luego solvente nuestros gastos. Buscándole la vuelta para que todos los chicos puedan salir.

-¿Qué apoyo tienen de los papás de ustedes?
Pilar: -Nuestros papás y mamás se juntan para hacernos los trajes, como pasó en Carnaval. Se armó un grupo muy lindo -agrega José- los padres colaboran con los trajes, las banderas. Hicieron el Dragón. Están recomprometidos.

-¿De qué barrios son ustedes chicos?
Entre el griterío por decir el nombre de su barrio mas fuerte, pudimos distinguir Leoncio de Luque, Barrio Irigoyen, San Juan, Amigos de Salto Uruguayo (que es el barrio donde está ubicada la escuela 11), Juan XXIII, San Agustín, etc.

-Por último, José, ¿cómo es el trabajo con los chicos?
José: -Con respecto trabajo en concreto, en lo musical, los ritmos por ejemplo son inventados por nosotros mismos. Le ponemos algún nombre para identificarlos como Caballito o Cumbia, pero son inventados por los chicos sobre bases de murga y candombe. Y con respecto a lo humano esto es bárbaro. Los gurises se portan relindo, nos llevamos muy bien. El tema está en que son chicos, esta es una murga de chicos. Entonces tenés que buscarle la vuelta para que no se aburran. Jugando y en serio, ir aprendiendo. Ellos y yo también, aprendemos jugando. Por ejemplo: la técnica que yo uso para enseñar la parte musical, o sea los tiempos y los ritmos, es medio graciosa por que es con la boca. Primero cada uno saca el sonido con la boca y después lo lleva al instrumento. Y a los chicos primero les da un poquito de vergüenza, pero después se divierten y les da resultado. Además cuidan mucho los instrumentos, porque aprenden a hacerlos ellos mismos y a valorarlos.

-Gracias chicos por lo que nos ofrecen y por seguir adelante a puro pulmón como lo hacen, y por rescatar y promover la música y la cultura popular.
Gracias a Pilar, Juan, Guillermo, Camila, Nicolás, Ezequiel, el Negro José y todos los chicos que participan de Los Chistosos de Manuel.

Sebastián PITTAVINO

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 2 (Jul 2007)

Concordia

Concordia era una ciudad con casi pleno empleo en los años setenta.
En la provincia de Entre Ríos, su nombre era sinónimo de familias cosecheras de naranjas y limones, y una especie de imán para todos aquellos que buscaban forjarse algún futuro.
Una tierra con historia de rebeldías federales y sueños de igualdad en tiempos que Buenos Aires todavía no gozaba de su prepotencia en la nación.
Poetas y educadores, trabajadores e inmigrantes de distintos parajes del planeta hicieron de Concordia una geografía vital y cargada de esperanzas.
Hasta que los años noventa trajeron la impunidad de los saqueadores y la desocupación barrió con la memoria del orgullo.
Concordia comenzó a ser mencionada en las tablas de la indignidad, en los números que la señalaban como una de las ciudades en donde los pibes eran cada vez más pobres y más necesitados.
Los que no pudieron emigrar, engrosaron las listas de planes sociales que no alcanzan casi para nada.
Ahora son tiempos de frío intenso en aquellas tierras de rebeldes luchadores de federalismos que todavía no fueron.
Los descendientes en novena generación de los viejos habitantes originales de Concordia ni siquiera pueden tener una estufa digna para calentarse.
La pobreza desfigura las cosas y aunque el ingenio invente artefactos que simulan lo que no son, los hechos suelen terminar mal.
Es que la miseria no tiene paciencia y resulta implacable.
La noticia dice que Miguel Ángel Sosa, un pibe de dieciocho años, murió en la ciudad de Concordia como consecuencia del incendio que provocó una salamandra que no lo era: se trataba, en definitiva, de un lavarropas devenido en estufa desesperada.
El mecanismo falló y no por culpa de la fatalidad y las maderas ardieron junto a los cartones y papeles que había en el depósito que estaba pegado a la casilla.
No vivía solo, Miguel Ángel, junto a él había otras nueve personas, entre ellas, varios niños.
De milagro las llamas no se devoraron a los más chiquitos, pero la pobreza no tiene sentido del humor. No permite que haya aparatos como un lavarropas viejo que oficie de estufa y por eso, más temprano que tarde, castiga la osadía de querer vivir más de lo que permite la ausencia de bienes materiales.
Miguel Ángel había crecido en una ciudad que tiene quebrada su estructura productiva desde hace años y que, por lo tanto, multiplica excluidos de manera permanente.
Formaba parte de los ya condenados pero faltaba saber el modo y la fecha de la efectivización de la sentencia.
No lo mata a Miguel Ángel el lavarropas viejo disfrazado de salamandra, sino la historia política de aquellos que convirtieron a Concordia en un páramo después de haber sido un vergel pletórico de esperanzas.
Una historia de impunidad e indiferencia que fue apareciendo en los números de las pibas y pibes desesperados y que hacen de Concordia una ciudad en donde será necesario que se prendan los fuegos de la conciencia para evitar nuevos casos como el de Miguel Ángel.

Carlos del Frade (APE)
(Fuente de datos: Semanario Análisis de la Actualidad Paraná-Entre Ríos 08-06-07 Edición Nº 1040)

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 2 (Jul 2007)

Yo opino...

…que deberían velar por nuestra seguridad, según lo que me han enseñado. Pero actualmente han su-cedido hechos vergonzosos: policías golpeando en esquinas a muchachos que madrugan para ganarse el sustento diario, humillándolos de maneras atroces, cuando tendrían que interrogar y detener a los verdaderos delincuentes que roban sin ninguna consideración, matándote por dos pesos o un par de zapatillas.
Si las personas que cometieron delitos se arrepienten ¿Por qué cerrarles las puertas? Las personas cambian y no hay que excluirlos, si-no ayudarlos a que se con-viertan una vez más en miembros activos de la sociedad.
Estas personas, los poli-cías, son inescrupulosas, sin ningún tipo de consideración. En el barrio en el cual vivo sucede, lamentable-mente, muy seguido y los que sufren este tipo de mal-tratos no dicen nada por temor a reprimendas futuras.
Yo se que no son todos y por eso ahora pido a los que cometen estos hechos que piensen un momento que quienes sufren los atropellos que describo, son personas y que eso es una violación a los derechos humanos y comprendan que esos gurises, a los que mal-tratan, son chicos como sus hijos y juntos deberíamos trabajar en un mundo mucho mejor para todos.

Juan Miño, 16 años.
Barrio Gruta de Lourdes.

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 2 (Jul 2007)

domingo, 1 de julio de 2007

La problemática de los comedores escolares en Concordia.

Comenzare a dar pautas que, a mi entender, van a ir dando el desarrollo debido para empezar a dilucidar, ¿si los chicos asisten a la escuela para realizar un proceso de aprendizaje o por un plato de comida?

Para esto, debo decir que los comedores escolares surgen como una necesidad de reforzar la alimentación de los chicos aprovechando la institución como centro de formación social, función que hasta hoy se discute y cada vez con mas fuerzas, si le corresponde o no, por lo que se puede afirmar que los comedores en tres escuelas consultadas, funcionan mediante desde la misma época, y surgieron por la simple circunstancia de que los chicos, ya sea, por la distancia o por la ocupación laboral de sus padres, se veían con la necesidad de alimentarse en la escuela.
Este cuadro descrito ha tenido un cambio radical, ya que, se puede decir que le nivel de desnutrición no es solo por que los padres no estén en sus casas, sino que es una permanente falta de alimentación, debido a las falencias económicas en el seno de las familias, como reflejo de una realidad excluyente.
Para entender mejor esta realidad, describiré de alguna manera la situación de los comedores consultados. Puntualmente la escuela Nº 17 Dr. Diógenes Justo José de Urquiza, posee un comedor que funciona desde 1977. Este alimenta a 260 de las 927 personas que concurren al colegio. El número de chicos que asisten al comedor ha ido en aumento paulatino en estos dos últimos años. El presupuesto con el que cuenta este comedor, es de $ 3100 al mes, agregando unos $ 1500 para la copa de leche, la cual se da a la mañana y a la tarde.
En lo que respecta a la escuela Nº 74 Presbítero Vicente Montes Carballo, el comedor existe, se cree, desde la misma fundación de la escuela, es decir, desde octubre de 1964. La matricula asciende a 879 gurises, los que asisten al comedor son 401 chicos. El presupuesto con el que cuenta es de, según los datos que puede rescatar de la vicedirectora, aproximadamente, $ 5263. En esta escuela también funciona el RAN (refuerzo alimentario nacional)
En esta institución me encontré con un dato que no deja de asombrarme y sorprenderme, y que le sacan un 25 % del presupuesto por los días de lluvia, los días de paro que baja la asistencia del comedor; a pesar que el comedor funciona independientemente si hay o no clases; cosa que particularmente creo que sucede en los demás establecimientos consultados.
En el ultimo establecimiento, que pude acceder a este tipo de información, fue la escuela Nº 3 Domingo Faustino Sarmiento, el comedor funciona desde alrededor de 1970, el numero de chicos asistentes es de 870 y al comedor concurren unos 650. Aquí se les dan el refuerzo alimentario (copa de leche) a todos. Además no puede dejar pasar por alto la existencia de dietas especiales para algunos chicos con problemas de salud, como por ejemplo chicos celiacos.
Otra problemática que se deja observar en las tres escuelas, es el hecho de la sobrecarga de actividades a la cual se ven sometidos los directivos, maestros, cocineros y demás acotes institucionales.
Aquí la “sobrecarga”, se nota que además de encargarse de “su” trabajo, tiene que actuar como órgano contralor. Esto es un claro indicio de que con esa cantidad de dinero no solo hay que darles de comer a la cantidad de chicos inscriptos en el comedor, sino que también a los que no estaban anotados en el mismo.
Las necesidades alimenticias son recurrentes y la matricula descendería abruptamente si se decidiera quitar los comedores de las instituciones educativas. Es por esto que hoy mas que nunca, la escuela ha venido a suplir las necesidades por las cuales no ha sido creada ya que3 su actividad primordial ha dejado de ser lo educativo y ha pasado a funcionar mas como asistencia social.
Con $ 0.70 por día (es el presupuesto destinado por chico para su alimentación); difícilmente podamos alimentarnos correctamente; la pregunta seria: ¿Quiénes designa los fondos podrían alimentarse diariamente con esa cantidad de dinero? Creo que la respuesta es un “no” rotundo; entonces: ¿Por qué no aumentar la partida para alimentos? O ¿Por qué descontar un 25 % a unos chicos que tal vez sea la única comida del día?
Esta exposición de datos, sumados a la revisión de las instalaciones y las condiciones de los chicos me permite determinar categóricamente que el derecho al aprendizaje quede supeditado a la necesidad básica de alimentación.
Esta parte de la realidad que describo no es para nada nueva y la explicación seria sencilla; que les den de comer en la casa para preocuparse por la educación. Pero quienes entendemos que la realidad es mucho más compleja y complicada que esa simple respuesta; sabemos que esa alimentación depende de la mejora de las estructuras sociales y laceración de empleo genuino.
Otro agravante que se suma al educativo es el hecho de perder los nexos familiares que se refuerzan al compartir una comida nucleados en una mesa compartiendo. Soy conciente , como futuro trabajador de la educación, que mi trabajo pasaría por compartir encuentros para empezar un proceso de aprendizaje y que entorpecería de sobremanera mi labor si los chicos piensan en que se acerca la hora de pelar un mejor lugar para recibir un plato de alimento; pero mientras la dialéctica realidad se mantenga con los estándares prefijados por un erudito de los numero y no se modifique el accionar individualista de la sociedad tendremos que seguir viendo a chicos que se desmayan por el hambre; tendremos que seguir viendo un pedacito de África en los barrios de nuestra ciudad donde las calles no ayudan ni cooperan a mejorar la ya golpeada vida de nuestros gurises.

PD: “…morir queriendo ser libre…”

Palacio, Alejandro Juan José
rusoconcordience@hotmail.com

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 2 (Jul 2007)