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jueves, 4 de febrero de 2010

Pobreza y niñez en Concordia

El año comienza y vale la pena dejar asentado el nivel de pobreza que sufre nuestra ciudad. Ahora cada uno hará su análisis y sacará sus conclusiones, la verdad es que un año termina y otro comienza, pero la realidad no se altera.

Nuestra ciudad sufrió durante el segundo semestre de 2003 un nivel de pobreza pocas veces imaginado, el 52,6 % de los hogares estaba por debajo de la línea de la pobreza y el 61,9 % personas; mientras que la indigencia era de 24,9 % en los hogares y 32,6% en las personas. Estos datos son puestos en www.entrerios.gov.ar y provienen de un estudio realizado por el INDEC.

En el primer semestre de 2006, las cifras fueron las siguientes: la pobreza en los hogares del 28,4% y en las personas 38,8 %; mientras que la indigencia es del 10,3% en los hogares y el 15,9 % en las personas.

Todos estos datos ya de por si son alarmantes, pero hay que agregarle el hecho de la falta de credibilidad que tiene el organismo nacional. Cabe hacer la siguiente pregunta; ¿Qué tan ciertas son estas cifras? ¿Cuál es el verdadero índice de pobreza y marginalidad?

Más allá de la poca credibilidad de los datos arrojados una cosa es cierta, el índice es muy elevado y las políticas para bajar el porcentaje de pobreza no son serias, sino más bien oportunistas y se limitan a una exposición de ideas mediocres.

Existe un sector por demás vulnerable, un sector que no se tiene en cuenta y que es discriminado por gran parte de la sociedad: la niñez.

“…En la ciudad viven 36.000 chicos entre 5 y 14 años de edad, de los cuales 75,7% son pobres y la mortandad infantil alcanza el 28.2 por mil…”(1) , no hay política social que alcance a estos chicos, no pueden esperar a la articulación de fuerzas para resolver un problema tan urgente como el hambre.

Se ve a muchos de estos chicos arriando carros rebosantes de basura, o buscando comida en el fondo de una bolsa en medio de un basural, esa es la esperanza perdida, el deseo olvidado.

La sociedad no ayuda, el gobierno tampoco, se reprime cuando se reclama un derecho básico, se retiran fondos de los comedores escolares y se exige a los docentes contención, no se prioriza la urgencia de la niñez que se pierde en el olvido y desapego.

Las condiciones sociales nos golpean de diferentes maneras a todos, algunos para bien otros para mal, solo que hay un grupo de personas que no saben de variación de la realidad, que sólo entienden una vida y esta parece no tener futuro.

Pareciera no tener remedio, pero nadie se molesta en enseñarle a este grupo de personas que sí hay futuro y que la realidad, al menos inmediata, tiene variación y podemos hacer de nuestra vida algo mejor. Pero es mas fácil mirar para otro lado, permitir que el sosiego inunde nuestras vidas y esperar que todo se resuelva como por arte de magia.


Palacio, Alejandro Juan José

rusoconcordience@hotmail.com

PD: “…morir queriendo ser libre…”


(1) El principito de concordia No te calles! Ya los gurises… Nº 17 (jul. 2009)

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 19 (feb 2010)

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EL RECREO DE LA INFANCIA
Argumentos para otro comienzo
Autor: Eduardo S. Bustelos
Editorial: Siglo XXI Editores Año: 20007

Pese a los dispositivos que oprimen, la infancia, cadencia, ritmo, discontinuidad, imaginación y apertura. Es la anunciación del comienzo, particularmente de otro comienzo que convoca al tiempo de la emancipación.
Sin embargo, también para quienes pretenden el disciplinamiento y el control de la vida, la infancia y la adolescencia como relación social constituyen una preocupación biopolítica central. El autor, actualmente director de la Maes tría en Política y Planificación Social de la Universidad de Cuyo, introduce a lo largo del trabajo el concepto foucaultiano de biopolítica para analizar la relación del poder con el cuerpo y con la construcción de la subjetividad en los ni-ños, niñas y adolescentes. El capitalismo conoce muy bien que allí es donde se incuba y se reproduce su poder, y por ello realiza ingentes esfuerzos para vigilar la construcción de la naciente subjetividad. Su arma estratégica es el discurso sobre la transmisión en el que la infancia esta obligada a garantizar la prosecución del acontecer histórico, aquí desmontado por Eduardo S. Bustelo.

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 19 (feb 2010)

El silencio es impunidad

El 8 de enero se cumplió un mes de la muerte de Rubén Carballo. El 14 de noviembre pasado Rubén concurrió con sus amigos, y su entrada, al estadio del club Vélez Sarfield para ver el recital de Viejas Locas.

Esa misma noche centenares de chicos como él fueron ferozmente reprimidos por la policía. A Rubén lo encuentran al otro día -15 de noviembre- a algunas cuadras de distancia del estadio e inconciente. La fractura de cráneo, además de diversos golpes en todo su cuerpo, le habría ocasionado el coma profundo que, luego de 20 días de agonía, lo llevó a la muerte. La versión oficial de la policía dice: "se habría caído de un muro de unos 7 u 8 metros mientras intentaba colarse al recital". Los resultados de la autopsia: "la lesión craneal no es compatible con la de una caída, sí lo es con la de un golpe con un objeto contundente". La versión de su padre producto de sus investigaciones con más de 50 testigos: "lo molieron a palos los policías, luego como no reaccionaba, lo levantaron, se lo llevaron en un patrullero y lo tiraron en una canchita del Club Ferroviario donde lo encuentran 13 horas después". Los responsables: bien, gracias. La prensa: con temas como el caso Pomar (sólo un accidente), la selección de nacional de fútbol y algún invento mediático más, se encargó de sepultar el caso. Esta crónica viene a poner una vez mas sobre el tapete la crueldad, la violencia y la furia con que la policía, brazo armado del estado y de quienes lo manejan, reprime, tortura y mata a nuestros jóvenes. Lamentablemente tenemos que decir que no son casos aislados o producto de una reprimenda o venganza personal. Tenemos que afirmar que se trata de una política de represión hacia los jóvenes. Sí, así es. El paradigma dominante pone a los niños y jóvenes que no son de su clase, y que no van a ocupar un lugar en ella, en el terreno del estorbo, de la molestia, del gasto y del peligro social. Por lo tanto se los tiene que mantener en el lugar de dominados: acallados, barridos, reprimidos cultural, política y físicamente. Se los tiene que matar. Esta ecuación no es nueva. Por más que los milicos que torturaron y asesinaron a Rubén no lo se-pan quizá de manera consciente, esta ecuación que cierra con palos es tan vieja como los propios cambios sociales a través de la historia. Pero se viene observando tan sin tapujos y con una crueldad mediática sin precedentes en esta última parte de nuestra Argentina. El terreno está perfectamente preparado para el silenciamiento. La muerte de un chico sólo tiene que ser la noticia del día, o peor, sólo la nota de sangre del noticiero, porque después el show debe continuar, con Susana, con Mirtha y con Marcelo. Jóvenes que son futuros trabajadores, ocupados o desocupados, y que a la larga reclamaran sus derechos, deben ser silenciados. Y ya no les hace falta esconderse para acallarlos, reprimirlos y matarlos. Ya fueron despojados, antes de su propia vida, de sus derechos, de su identidad, de su visibilidad. Ya la sociedad los imagina en la nada, los imagina nada. Y son tan invisibles para la sociedad como los asesinos que los matan. De esa manera los que nos dominan pueden lograr el consenso, la connivencia y la impunidad. La baja de edad de imputabilidad, la criminalización de la pobreza y la judicialización de la protesta son el marco que intentarán encuadrar imágenes como la del asesinato de Rubén. Son la cereza del postre de los asesinos. Si nosotros como pueblo no vemos esto, no vemos que nos están matando a los pibes, entonces nos estarán matando como clase. Tenemos como deber desnudar, develar esta realidad, e imponer esta verdad, la nuestra. Detrás de lo que nos muestran está lo que esconden: una juventud que está siendo adoctrinada para la dominación, silenciada y preparada para ser saqueada y matada. Y este silencio es el cómplice de la impunidad. Tendremos que desmontar a gritos los andamiajes de la mentira que nos imponen. La tarea es ardua pero no imposible. ¡Por Rubén Carballo! ¡Por la justicia de todos los pibes asesinados del país!


Sebastián Pittavino


Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 19 (feb 2010)