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sábado, 8 de septiembre de 2007

Calentita y a domicilio


Hace ya un año del encuentro que mantuvimos en Paraná organizado por la revista Barriletes. Y hemos contado en varias oportunidades que fue allí donde surgió, luego de compartir las experiencias de las revistas La Búsqueda, La Luciérnaga, La Pulseada y Barriletes, la idea de adoptar la forma de venta de calle como una alternativa más para Panza Verde. Una forma de colocar la revista que al mismo tiempo ofrece un vínculo especial del vendedor con la revista, transformándose en integrante y no sólo en vendedor de la misma, teniendo la posibilidad de participar con sus palabras, con sus notas o ilustraciones en cada número.
Es así que desde octubre del 2006 varias son las personas que venían escribiendo y se han convertido también en vendedores, y varias las que se incorporaron a vender Panza Verde y que de a poco han pasado a ser también, opinando y escribiendo, colaboradores de la revista. Pero están también quienes sólo se han dedicado a la venta de mano en mano de Panza Verde. Y aquí nos queremos detener. Emanuel De Los Santos es un panza verde que desde octubre del año pasado viene vendiendo la revista casi ininterrumpidamente. Estuvimos charlando con Ema y ya que todavía no se anima a escribir algunas líneas lo vamos a escrachar en el suple (y no porque sea hincha de River, pobre) sino para que conozcamos lo que dice.
Ema vive en el barrio Gruta de Lourdes y conoció la revista cuando integraba el programa radial La Hora de los Pibes. “Me sirve venderla, no sólo por los pesitos que me deja sino porque también me gusta estar en la revista de alguna manera”, nos comenta. Número tras número el Ema se acerca para retirar los ejemplares que vende a una “cartera de clientes” que tiene. “Se la vendo a mis profesores en la escuela, a mis vecinos y a algunos de los que me han pasado el dato. Tengo anotado la dirección y la hora en que los encuentro y después que sale se las voy llevando a la casa”. Emanuel concurre a 4º año de la escuela nº 163 Rca. Oriental del Uruguay, donde algunos de sus compañeros, como Juanjo y Enrique, han sido vendedores de Panza Verde. Los vendedores más jóvenes fluctúan en la permanencia de la venta según la situación de su realidad. En ocasiones dejan de venderla cuando les sale una posibilidad de trabajo que les reditúa una ayuda económica importante para su casa, por ejemplo, en la temporada de cosecha de cítricos. U otras veces simplemente dejan para dar paso a otras actividades de mayor responsabilidad. Pero la responsabilidad adquirida. en y con la venta de la revista no se esfuma: Ema explica que “cuando alguien deja o no puede venderla se pasa los compradores a otro para que no queden colgados sin un número. Cuando dejó Juanjo yo agarré algunos de él.” Al mismo tiempo también se generan pequeños lazos solidarios: “Yo hubo un mes que no la pude vender porque tuve que ir a trabajar, entonces me suplantó Cristian” -otro chico del barrio. Igualmente los compradores también fluctúan, algunos dejando de comprarla y otros nuevos que se van incorporando. “Yo tengo siempre entre 25 y 40 clientes, porque algunos van dejando de comprarla pero yo la voy ofreciendo a personas nuevas también”.
La estrategia de este pibe de 17 años ejemplifica una de las maneras del modelo de venta de calle que ha adoptado Panza Verde a través de las suscripciones y el envío a domicilio. Son maniobras que las clases populares vamos organizando en respuesta a lo masivo y monopólico que impone el mercado en cuanto a información, recreación, colocación de un producto, etc. Esto permite, además de generar una pequeña ganancia (el 50%) para el que la vende, la posibilidad de vincularse directamente con las demás personas que participan en la revista y otras actividades de la misma. En esto último Emanuel nos pasa factura “estoy esperando la invitación al taller de video que iban a hacer”. Es verdad Ema: somos colgados, pero en eso estamos. Por lo pronto ¡felicitaciones! por tu constancia y responsabilidad con la revista número a número. Y usted, amigazo lector, no tiene más que llamar al número del aviso que sale en la revista o contactarse con algún integrante de Panza Verde para suscribirse. Se la llevamos personalmente a su casa, y si le gusta la mano, también le hacemos cosquillas.

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 3 (Sep 2007)

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