Por una comunicación alternativa y solidaria, se autoriza la reproducción de las notas que aquí se publican citando la fuente completa y comunicando al editor/es; responsable/es, en tanto no se altere el contenido.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Para sanear el volcadero de Paraná: voluntad politica, consenso y solidaridad activa

El Volcadero es un sistema de tratamiento de la basura anticuado y contaminante. Es ciudad subterránea y parque de diversiones de roedores y alimañas. Un trabajo en condiciones denigrantes, insalubres y peligrosas. El patio, la escuela, el empleo de cientos de bebés y niños, la cruz de su presente, la derrota de su futuro.
También es un álbum de fotos de la desidia, la irresponsabilidad, la actitud criminal de quienes desechan residuos patológicos. La peor cara de la política. La insolidaridad ciudadana demarcando territorios para humanos de primera y de segunda. Un documental sobre el estado municipal impotente; la ausencia del proyecto que, como sociedad, no hemos sabido darnos los paranaenses para garantizar igual calidad de vida para todos y todas.


El rol del Estado y la sociedad. El consenso
La responsabilidad del Estado Municipal, en la búsqueda de una solución, es incuestionable y su rol insustituible, ya que es el único con suficiente poder para concretar un proceso tan complejo y costoso. En esta dirección, el municipio, propuso una iniciativa inédita para abordar en un tiempo determinado el problema, poniendo en marcha una decisión política que, en sí misma, es el mayor avance del que tengamos memoria.
Junto al municipio, organizaciones ambientalistas, políticas y sociales vienen haciendo oír su voz asumiendo un lugar de debate que, en la mayoría de los casos, traduce un papel ciudadano activo para que esta inmejorable oportunidad de saneamiento estructural no engrose la columna de nuestras frustraciones.
La búsqueda del consenso es un imperativo de calidad institucional. En este sentido es deseable el mayor a-cuerdo posible alrededor del lugar donde localizar la planta, minimizando la cantidad de afectados, atendiendo responsablemente los aspectos ambientales, urbanísticos, laborales y sociales.
Y si entendemos que un marco de consenso social es determinante para encarar soluciones que encarnen en la conciencia popular, el llamado a Audiencia Pública es, sin lugar a dudas, un paso fundamental hacia el logro de aquel objetivo. A contramano de algunas expresiones oídas en los últimos días, desde Barriletes juzgamos positivo que esta iniciativa haya surgido como respuesta a la movilización popular ya que, precisamente, de esto se trata el juego democrático: el protagonismo de una sociedad atenta y propositiva, junto a gobernantes responsables de sus obligaciones, ejerciendo en plenitud sus facultades, pero abiertos a la voz de una comunidad que se expresa.
Pero queremos ser claros en señalar, aún a riesgo de disentir, que un proceso asambleario sin tiempos, con interlocutores atendiendo sólo la coyuntura de sus intereses y cruzado por la triste lógica de la politiquería criolla, puede llegar a diluir una oportunidad única para la ciudad y para las miles de personas directa o indirectamente afectadas por la existencia del volcadero.
Es claro que semejante empresa, provocará alteraciones en el status quo de individuos o sectores, en beneficio de una ciudad más sana e inclusiva. Como en todos los planos de la convivencia social, frente a la colisión de derechos, son los intereses particulares quienes deberán resignar espacio frente a los del conjunto.

Trabajo, salud y niñez
Uno de los principales temas a resolver es la situación de quienes, hoy por hoy, dependen de la existencia del volcadero para subsistir. Por esto vemos como una actitud madura y esperanzadora el convenio suscripto entre el Municipio y la Facultad de Trabajo Social para abordar la cuestión socio laboral.
Desde nuestro humildísimo punto de vista, cualquier proceso en esta dirección deberá evitar la sustitución de un mal por otro con el pretexto de preservar el ingreso familiar ya que de nada servirá salvaguardar una fuente laboral asentada sobre el riesgo de vida de niños obligados por la pobreza estructural de sus familias a trabajar en la basura, o de adultos prisioneros para siempre de enfermedades respiratorias, infecciosas, etc. etc. La responsabilidad estatal y la verdadera solidaridad ciudadana deben plasmarse reconvirtiendo este medio de vida para garantizar, no solo un ingreso dinerario, sino los elementales derechos a la salud, el trabajo en condiciones dignas, la niñez con presente y con futuro. Si queremos transformar nuestro discurso solidario en muestras concretas de compromiso con el otro, en todo caso, atrevámonos a debatir, por ejemplo, una tasa o aporte específico para hacernos cargo de la transición hacia una mejor calidad de vida de los miles de paranaenses que, hoy por hoy, carecen de estos elementales derechos.
Aún con el salto cualitativo para el medio ambiente que implicará sustituir el volcadero por un sistema menos dañoso, somos conscientes que el débito ecológico seguirá siendo importante. Está pendiente trabajar seriamente por una mayor conciencia ciudadana, erradicar definitivamente los mini basurales, implementar la separación hogareña de residuos, cambiar radicalmente nuestros hábitos de consumo, sustituir paulatinamente elementos contaminantes como bolsas y envases de plástico, etc. temas estos, que han sido puntales del trabajo de las organizaciones ambienta-listas durante años y que los sucesivos gobiernos municipales no han sabido tomar para otorgarles dimensión y escala como política de estado.
En la cuestión del volcadero hay que ponerse en marcha de una buena vez, todos juntos, pensando y haciendo pero sin demoras, mirando el conjunto, caminando firmemente hacia una ciudad que priorice la vida de todas y todos, con decisión, diálogo y solidaridad.

Asociación Civil Barriletes (Paraná, Entre Ríos)

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 12 (Nov 2008)

No hay comentarios:

Publicar un comentario