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viernes, 11 de mayo de 2007

Terrible abuso policial

La tarde del jueves 29 de marzo, dos jóvenes trabajadores de la revista (de 15 y 18 años) y un amigo de ambos (de 18), cuyos nombres reservamos para resguardar su seguridad, sufrieron en forma descarada e impune el abuso de miembros de la Policía de Entre Ríos.
Según relataron a nuestra redacción ellos y la madre de dos de ellos, también vendedora de la revista, los jóvenes se dirigían en ca-rro a cortar pasto por calle Juan Báez al final. Allí, unos agentes policiales los pararon sin motivo, los hicieron bajar del carro, le tomaron los datos y en plena vía pública comenzaron a pegarles con sus cachiporras.
Durante aproximadamente una hora, esos agentes que venían en patrullero más otros que se sumaron del comando (totalizando unos 10, aunque los jóvenes no pueden precisar con exactitud), abusaron de múltiples formas: echando pimienta en los ojos de los jóvenes antes de hacerles leer el acta que supuestamente labraron, robándoles un machete que traían en el carro, amenazándolos de muerte y de “fondearlos”, tirándoles del pantalón y haciéndolos cantar (Rata blanca y Los Palmeras, decían). Y por si fuera poco, les sacaron sus cigarrillos y se los fumaban delante de ellos, los pisaron, los hicieron bailar, se burlaron, les gritaron y le propinaron más golpes.
Uno de estos lamentables sujetos, vaya a saber por qué, no tuvo reparos en identificarse ante los jóvenes como Hugo Rafael Gómez. Y según creen las víctimas del abuso, parte del resto de los agentes pertenecería a la Comisaría Nº13, ubicada en las cercanías del lugar donde ocurrieron los hechos.
Los jóvenes ya dejaron sentada su denuncia en Tribunales, pero aseguran tener miedo por las represalias que los policías pueden tomar si vuelven a toparse con ellos en la calle.
De más está decir que condenamos y repudiamos absolutamente este hecho, no ya por que involucra a jóvenes vinculados a nuestra organización sino porque lamentablemente es un modo de accionar sistemático en algunos agentes de la Policía; modo discriminatorio, ilegal y violatorio de los derechos humanos, sostenido por empleados del Estado.
Las respuestas no las tenemos nosotros. Pero algún día tendrán que darlas quienes son responsables en este tipo de asuntos. Algún día, además, deberá replantearse con seriedad una reforma de la institución policial.

Juan Martín Basgall
(Barriletes, Paraná)

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 1 (May 2007)

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