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jueves, 18 de septiembre de 2008

Breve reflexiones sobre Jorge Corsi

El día martes 15 de Julio los medios de comunicación daban a conocer sorprendidos y sorprendiendo a la audiencia la siguiente noticia: “Apresan a un prestigioso experto en violencia familiar, acusado de pedofilia”. Más de uno, al ver o escuchar el nombre de Jorge Corsi, esperaba escuchar su opinión al respecto ya que es reconocido (no sólo en Argentina sino en otros Países) por sus trabajos y disertaciones sobre Violencia Familiar; pero no, el nombre aparecía pero como uno de los tres “acusados de liderar una banda dedicada a reclutar adolescentes para llevarlos a fiestas sexuales y filmarlos" (Diario Página12)
El viernes anterior yo había participado de una charla sobre Violencia Familiar que dio este psicólogo. Si bien no acuerdo con muchas de sus conceptualizaciones ya que me posiciono desde otra teoría (psicoanálisis) no por eso dejaría de reconocerle sus aportes, al menos hasta ese día en que me enteré de “su abuso de poder”, algo que repetía tanto en sus escritos y sus discursos: “Hay que considerar la realidad histórica de una vivencia y no quedarse con las apariencias. En el tema de la violencia familiar las apariencias siempre nos juegan en contra, porque nada es lo que parece. Quienes trabajan en este tema saben muy bien que cuando hablamos de violencia familiar, las personas que están afectadas por este problema son a las que menos se les cree. Una vieja costumbre Argentina es que cuando hay una situación de violencia en la cual hay alguien que victimiza y alguien que es victimizado, se trate de una mujer, hombre, niño, niña, sin importar el tipo de maltrato (físico, psíquico, etc.) ¿qué hacen nuestras Instituciones frente a un caso identificado? Investigan a la víctima. La someten a estudios psicológicos, a diversos tipos de exámenes. (…) Todavía nos manejamos con la suposición implícita de que una situación de victimización es una construcción conjunta de dos personas, que cada una colabora un poquito para que esta situación ocurra (…) Les voy a comentar un caso del año pasado: unas empleadas municipales de un pequeño pueblito cordobés denunciaron al Intendente por acoso sexual. En un pequeño pueblo para denunciar al intendente hay que tener ya saben que, porque es un factor de poder el Intendente de un pequeño pueblo. Yo recuerdo que salió en todos los diarios. La primera medida que tomó el Juzgado fue un examen psicológico y psiquiátrico de las mujeres (…)”
Extraigo estas palabras de Corsi para mostrar cómo hizo abuso de su saber y poder sobre los adolescentes y a la vez sobre la sociedad toda ya que detrás de ese lugar que ocupaba como “eminencia” en la problemática de Violencia Familiar se escondía un hombre perverso y un profesional sin ética.
(…) “Cuando las personas denunciantes y afectadas, aún cuando no fueran denunciantes, pertenecen a estratos sociales muy bajos, la respuesta judicial y policial es mucho más rápida, diez veces más rápida, que cuando las personas pertenecen a estratos sociales altos. Fíjense como modifica la percepción de quienes intervienen la pertenencia a un sector social o a otro sector social. Se entiende que los pobres son los que lógicamente tienen problemas de violencia, los violentos son los pobres. Ahora cuando me traen un caso de abuso sexual cuyo acusado o implicado es un señor con un alto cargo ejecutivo freno todos los mecanismos y se incrementan los estudios a las víctimas porque se busca en ellas las mentiras, el ocultamiento, la falsedad, la falsa denuncia; se ha incluso creado para estos casos en particular el mito de la falsa denuncia. Yo les puedo decir que el mito de la falsa denuncia se ha creado pensando en estos casos de personas con cierto estatus social importante. No se pensó en los pobres cuando se creó la figura o se e-laboró el mito de la falsa denuncia” (…) (Palabras extraídas de Jorge Corsi. Jornadas sobre Violencia Familiar 2005)
Si uno busca bibliografía Sobre Violencia Familiar en libros o espacios en Internet, en todos aparece Jorge Corsi ya sea como autor di-recto o como autor citado.
Por esto espero que sea doblemente juzgado, por las aberraciones que cometió con los adolescentes y por hacer uso de su imagen (resguardándose en ella) y de su saber.
Deseo que esta vez la justicia pueda ser justa y, amparándose en las propias palabras de Corsi, lo juzgue y condene por sus hechos y no lo resguarde bajo una falsa denuncia.

Melina Mesa

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 11 (Sep 2008)

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