Por una comunicación alternativa y solidaria, se autoriza la reproducción de las notas que aquí se publican citando la fuente completa y comunicando al editor/es; responsable/es, en tanto no se altere el contenido.

domingo, 22 de junio de 2008

La violencia en la adolescencia


La violencia se manifiesta de diversas formas y enfoques; muchas veces son manifestaciones de hastío y bronca pero otras son solo muestras de morbosidad y salvajismo la sociedad no ayuda y festeja estas actitudes generando la cultura de aguante y del sálvese quien pueda a base de bravuconerías.

La juventud no escapa a la realidad que nos toca vivir; los aspectos familiares, legales, académicos, psicológicos, individuales, culturales y sociales influyen en las actuaciones violentas de los más jóvenes.
De este modo revelan un grave problema en la actitud de muchos chicos cuya resolución precisa una actuación conjunta de padres profesores y otros agentes sociales determinantes en su ecuación, como amigos, monitores y otros familiares. Es necesario tomar conciencia e identificar la naturaleza de los conflictos, incluso antes de que se presente. Independientemente que existan una opinión medica pidiendo que se pongan limites a los niños; el contexto hace que se violenten y se manifiesten con agresión.
Golpeados por una realidad que los desplaza y sin un ejemplo a segur es que los adolescentes se implican cada vez en más hechos delictivos, mas hechos delictivos, más aun cuando observan la ineptitud de nuestra justicia y los negociados que ella esconde.
Muchas personas dirían que los bolsones de pobreza son foco de violencia y que ese accionar se da a partir del escaso nivel adquisitivo; pero la verdad es que muchos chicos y chicas de la clase media y media alta son tan o mas violentos que los pibes de la clase baja; defendiendo sus clubes o escuelas y colegios privados.
La violencia y la agresión no siempre s e dan a partir de maltrato físico; en el ámbito escolar las conductas violentas mas frecuentes son insultos, robos, agresiones y peleas, aislamiento social, rotura de mobiliario e insolencia ante los profesores. Algunas manifestaciones actuales de la violencia son muy elaboradas y mezquinas, e incluso grabadas con los teléfonos móviles; una nueva forma de acoso es exhibir luego esos videos o fotos en Internet. Pero eso no es culpa de los chicos; por que los padres se empecinan en regalarles a sus hijos celulares que son utilizados para elevar el nivel de morbosidad en la juventud filmando las peleas y sus actos sexuales para exhibirlos y enorgullece de ello.
Ese nivel de violencia e impotencia lo llevan de sus casas a la escuela; desde la escuela al boliche donde se prende la mecha con una mirada esquiva; nada más. Por tanto es una cuestión global, no se debe atender al problema desde un solo foco por que seria ver tan solo una parte de la realidad y no se llegaría a ninguna conclusión medianamente seria.
Muchos actores sociales coinciden al concebir la educación como un proceso integral de socialización que no es competencia exclusiva de nadie y que sobrepasa los límites académicos. Familia, profesores, compañeros y todas las personas con las que se relaciona el adolescente influyen en su educación. O cambiamos todos o no cambia nada.
En este proceso, por tanto, deben centrarse familia y escuela con el respaldo de toda la sociedad. Sin embargo en muchos casos la familia no puede participar por razones estructurales, por falta de capacidad o por no disponer de tiempo debido a cuestiones de laborales; así dejan que la escuela se encargue de la educación de los chicos y se fijan en que la educación primaria comienza en casa; esto trae aparejado otra serie de problemas o dificultades como por ejemplo la perdida de la comunicación familiar en torno a una mesa discutiendo sus problemas; todos a las disparadas persiguiendo el tiempo.
El sistema educativo y la propia familia deben intentar desempañar conjuntamente una labor complementaria. Ambos, en ocasiones, se encuentran un poco aislados en su intento por transmitir valores de esfuerzo, compañerismos, tolerancia y respeto.
Se pretende una participación mayor de las familias, mediante el dialogo con los profesores, en la toma de decisiones de los centros educativos, para que se lleguen a convertir en “comunidades de aprendizaje” desde donde se potencie y dinamice la educación en los valores democráticos y de convivencia, pero no como una asignatura, sino como parte de l instrucción básica de cada curso.
Un libre albedrío se genera a partir de la no puesta en escena de os limites y el deja hacer toma fuerza y se le permite y festeja los actos de agresividad a los chicos; claro que no se miden las consecuencias cuando es moneda corriente y parte de una filosofía familiar ya que en muchos casos los padres arremeten contra profesores y maestros en defensa de sus hijos pidiendo explicaciones por una mala nota o una sanción que apunte a corregir ciertas disciplina. Predicar con el ejemplo.
Se debe reforzar las actitudes que apunten hacia la diversidad. Conviene desarrollar las relaciones desde el propio hogar en un contexto de respeto mutuo y confianza hacia los demás, independientemente de su forma de ser o de pensar,. Con esta realidad nos parece complicado y tortuoso pensar que esto se pueda hacer; pero vale la pena el intento, en post de una búsqueda de equidad y respeto.

Palacio, Alejandro

rusoconcordience@hotmail.com

PD: “…morir queriendo ser libre…”

Publicado en No te calles... Ya! Los gurises Nº 9 (Jun 2008)

No hay comentarios:

Publicar un comentario